Me dicen los que
me cuentan, que los teóricos en remendar, reventar y romper hilo, apelaron al
pelón, es decir, hicieron público un documento que por centuria tiene
registrado un evento de ruptura de hilo constitucional, extraído de la
primitiva y escena selvática de tarzán, con el devenir de los tiempos estuvo
extraviada en los museos naturales.
La ONG “Chaka
Plaka”, posee los derechos de esa prueba y divulgó en su intervención anual de
la Comunidad Científica en Ginebra. El manifiesto de la investigación ancestral
de la Ruptura del Hilo Constitucional, sugiere que el personaje “Tarzán” en un
momento en querer remontar altura, se arremangó el guayuco y se inclinó por
alguna razón que se desconoce; sufre una ruptura
en el Hilo que une las tapas o trapito delante y detrás.
La tensión produjo un “Ñakata” y el hilo se
rompió, miró hacia los lados para cerciorarse si lo habían notado alguien
ajeno. Disimulo la cosa (Ruptura del Hilo) que constitucionalmente permite
ajustar el guayuco para que no suenen, lo que tiene que sonar por el roce y
agite al caminar.
No se dejó en
espera el ruido y escándalo que emite tal ruptura, que en el silencio de la
selva se sintió el eco del “Ñakata”. Tarzán apresuro el paso y como si nada; lo
siguieron las miradas de los animales que bajo protesta (Exposión Social) se
levantaron por la escandalosa y desestabilizada situación. Y así remendar el
hilo constitucional. Lo que no le gusto a Tarzán, es que en el momento que
estaban cociendo el guayuco lo unieron un pellejito, que supuestamente tenían
dos cositas que por el susto se escondieron. Dejó de ser el rey de la selva,
porque se lastimaba mucho cuando quería gritar.
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