Muchos llegan al
extremo recurrente de involucrar a millones de habitantes a la causa. Convocándolos
a la travesía de buscar la paz. Con
el ingenio de un ingenuo “Si” ó “No”. En verdad, es tan difícil conseguir la paz que puede ganar el “No”.
Ahí es donde la
ingenuidad alumbra con claridad a cualquier mente por muy oscura y tenebrosa
esté la cosa. Según la ONG “Frente a mi Nariz”, promulgó una fallida
convocatoria para concertar voluntades dispuestas a saber donde conseguir la
paz. Y es ahí donde muchos sin ir ni más allá, ni acá, en el mero medio.
Será verdad que si
sabemos dónde está la paz, será
suficiente para que los conflictos se resuelvan mágicamente. Puede que estemos
ante otro enigma. Si no se resuelve llegando a la paz, entonces, hemos estado
engañados. Aún no sabemos que si llegamos a la paz, habrá otro letrerito,
chiquito que nos indica otro destino.
Sin más rodeo y
vericuetos la paz está en la mitad
del mundo, es decir en Bolivia. Y si
eso no funciona, hay otra alternativa. Y es pararse en una lápida de esas que dice,
“QEPD” -Que en paz descanse-. La
cosa es que la osamenta que yace ahí, puede estar feliz por la sonrisa de tener
los dientes pelados de la paz. Indicio que se está en paz, es la sonrisa. Si
con sólo hecho de preguntarle, es suficiente quitarle la paz que tenía.
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