Cuenta la leyenda
Urbana, que en la tierra de la fantasia de los Uh Ah, la expropiación es una secuela que le ha tocado vivir a cada estrato
social. La sobrina de Tía Betulia, María Peyejo le tocó vivir. Cuenta ella que
pasó parte de su vida reuniendo para hacerse los implantes con la esperanza de
garantizar que las morochas pudieran lucir bien; luego le aplicaron un Uh Ah de
expropiación, es decir un “Despecho” . La Sobrina de Tía Betulia
se hizo la prótesis de sus pechos de
limoncito con foanmy; resultó que los foanmy eran chimbos y le aplicaron el
despecho con la técnica socialista del siglo XXI de la expropiación. Ahora anda
la pobre con un despecho tratando
de hacer el cambio como solución a
su esperanza. Anda reuniendo por aquí y
por cuyá para volver a vivir ese momento así sean de colcho ó anime, pero dice
ella -de que me los pongo me las pongo-. Tía Betulia optó por hacerles unas de
cocos, eso sí, sin agua. Usadas mucho en Bobure asentamiento africano al sur
del estado Zulia, me dicen los que me cuentan que les han ido bien.
La ONG “Yo Uso
Implantes” ha hecho una advertencia, que el socialismo del siglo XXI, ya se
puede entender con facilidad. Los Implantes es el secreto, sí, el implantes de cadenas en el cerebro Uh
Ah, actúa como un lavado de cerebro socializador
a la cubana.
1-El pueblo Uh Ah
ignorado ha sido víctima para
meterle el viejo truco cubano del odio de la “exclusión e inclusión.”
2-Se le implantó
el lavado cerebral de las cadenas Uh Ah.
3-Se le expropio
la esperanza que sin Uh Ah no se puede vivir.
4-Al pueblo Uh Ah se le aparenta, que se le regala cositas socialistas, pero en realidad el
régimen les implantó cientos de
impuestos para retomar lo regalado. Es decir, parece un regalo, pero es
extorción.