Ermocho:-¡Oiga mamífero! no hay derecho de que se lleven mi silla de rueda.
Burro: - Discúlpame, pero yo escuché al empresario decir “miarma una chatarra y está abandonada”
Ermocho: - Exijo por lo que más quieran, que me la devuelvan, sin ella no soy nadie, y quiero ser nadie, además, no estaba abandonada sólo estacionada ya que estaba haciendo uso de mis signos vitales y expulsando lo que mi organismo ha filtrado y desechado, para hacerlo más prosaico, estaba orinando.
Burro: - Ubícate hicotea, por lo que yo sé, sólo los perros hacen sus necesidades al pie del árbol.
Ermocho: Paremos ahí las ofensas, que yo tengo mi apodo (ras trillito) y vamos a dejar la vainita hasta aquí. Suplico, pues una reincorporación de mis enseres laborales, ya que soy trabajador cesante en tapiar huecos en vías transitadas por carritos por puesto, y mi labor es pedir con mi gorrita y con cara lánguida mientras que el otro hecha una pala de asfalto por cada media hora al huequito, de manera que soy miembro honorario de Obras Públicas. Y reitero que lo que hice en el árbol es una obra pública.
Burro: - ¡Si quieres apelar al pelón!, pero no creo que llegues a un acuerdo.
Ermocho: -¡Hey, psshh! no te hagas el esquizoide pelón y lleguemos a un acuerdo, transemos una competencia de aquí a la esquina el que llegue primero, no sé, o trabajo para tí por un día, qué dices...pero devuélveme mi silla porfa.
Burro: - Creo que no te dije que es sordo y mudo. Acéptalo ras trillito, es tu oportunidad de cambiar, búscate una patineta de esas de aluminio, pero eso sí, mosca que el aluminio es nuestro mercado fuerte para reciclar. A ver si hechas cabeza dónde dejaste las piernas, de seguro que nos vas a culpar que nosotros fuimos.
Curiosidad
Pasados los días, Ermocho se puso en una patineta, qué casualidad, fue hecha con el mismo aluminio reciclado de la silla de rueda.
No todo quedó ahí, el árbol presentó cargo contra el galapagomión, y reclamó indemnización por daños y perjuicios por obstruir su abono.
Por: Jorge Paredes
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