Mi transito laboral
por una agencia de publicidad como ilustrador, además de la experiencia hurgó
la zona parietal de mi cerebro donde se aloja los gustos y sabores. Fue ahí,
que el Pichón, un ser creativo y redactor poseía un aliento de una tumba
egipcia incluyendo la advertencia, el que traspasase sus linderos no saldrá liso.
El susodicho
Pichón, abusó de mi refresco en un descuido alteró sus componentes enigmático
para algo muy familiar, el hedor de una ¡cloaca!. Con solo pensar, pasé años en
rehabilitación, para publicar este incidente. “Yo deje de tomar refresco”.
Nota: Lo de Pichón es un calificativo secreto, que nunca supo su origen.
Pichón = Piche.
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