Cuenta la Mitología Marabina que la tradición
se arraiga más sobre todo en el punto álgido de los alrededores de una esquina donde
se erige un monumento de atracción, tanto turística y adyacente. Al más
pate’rolo se le despierta el interés ante ese acto milagroso de la subida y bajada de la Chinita de
Maracaibo.
Recurrimos a la experta en mitología de Tía
Betulia, mientras le quitaba las escamas a un pescado “bocachico” con los dientes ya
que competía rapidez con una paisana que lo hacía con una mandarina.
Lo cierto es que ella (Tía Betulia) nos contó
la conmemoración de la subida y bajada
de la Chinita. Los lugareños y foráneos con ojos puyúos esperan ver el milagro, pues sí, Mi = algo personal y lagros
= es el femenino de logro, acción de ver; es decir, milagro es “si logro ver la
cosa”. La osadía ha llevado a institucionalizar como preludio de ferias, esto es fe= interés y seguidor de una creencia; y rias = es el femenino de ríos; es decir, como ríos van a ver lo que
hay detrás de “eso”.
Ahí está la cosa, la Chinita es el calificativo que le dan a la indígena de una etnia de
la región por sus ojos achinados. Esta fémina comercializa productos naturales
y ecológicos (Cigarrillos). En una de las esquina entre el C.C. San Felipe,
Torres Petrolera y Mercado de la Pulgas. Es ahí que ella llega con su mercancía
a su mesa, luego levanta una pirámide de
caja de cigarrillos. Se considera que el cigarrillo es un producto natural y
ecológico. Lo natural es por su procedencia de la hoja de tabaco, es algo
adaptógeno y sistémico. Y lo muy ecológico
es la pertinente tos que a distancia se escucha el eco del “Cok”, “Cok” del que lo consume.
Resulta que la Chinita levanta una pirámide y allá en lo alto, logra subirse
poniendo los pies al estilo de las películas de Chanclón Van Damme, poniendo
una chancla por aquí y otra por allá abriendo las piernas a tal punto donde
dice no pise la grama. Y seguido es la oportunidad del milagro, ¿Cómo? una manta tan larga, que oculta todo, tiene que ser
arremangada para lograr la hazaña de subir el pináculo de cigarrillos. En la subida
y bajada de la Chinita, se dejan ver los ojos de los devotos para observar,
esa cosa que se oculta en la gruta y que
los que la han visto, exclaman en dialecto maracucho “Miarma”. Aún no se sabe
lo que logran ver si es el alma o el
tufo cocinado por el calor que nubla
la vista.
Versátil
sombrilla para el sol, y paragua cuando rara vez llueve. Mesa donde exhibe y
comercializa la mercancía. Bolsa o depósito de la mercancía. y una mirada de
reconocimiento donde la Chinita tendrá su trono.
Entre Zuakata y Ñakata, la Chinita levanta
la pirámide de mercancía ecológica.
la pirámide de mercancía ecológica.
Luego viene lo esperado la Subida
ó Bajada de la Chinita. Al estilo Chanclón Van Damme, es
decir, con una chancleta aquí y una allá, se apoya para escalar el pináculo
de su trono.
Es, en ese momento de la subida ó bajada que cientos de ojos
se clavan en lo inesperado y milagroso para ver la gruta. Ya que se
tiene que arremangar la manta que cubre lo que se llama todo. Ellos presencian
la Bajada y la Subida de la Chinita. Y el que logra ver exclama "Miarma".
La Chinita ya sentada en el pináculo de cigarrillos, luego queda la
devoción en comprar la caja, pero precisamente la de arribita donde se cree que
tiene el premio mayor, lo que la gruta oculta.