Que bello nombre tienes, María es uno de los nombres de mujer más comunes que hay en la tierra, porque es el nombre de una virgen santa la madre de Jesús, y desde que te conocí María no he dejado de pensar en ti porque siempre estás en todos los pasadizos de mi mente surcando los laberintos de mi vida. Por ejemplo en la Nación al Norte de América del Sur, con la mala situación que hay, eso se va a solucionar cuando llamemos a María.
Pero
fue en mi trabajo que me enamoré de ti mi santa María la de la larga cabellera y grandes ojos y de belleza única,
porque quiero decirte María que yo
te acosaba en los pasillos del edificio donde trabajábamos juntos y me escapaba
cada vez que te veía y le decía al jefe que iba al baño o a tomar agua.
También aprovechaba la oportunidad
cuando el jefe me mandaba a lavar la cafetera para hacer café.
Cuando me hablabas en cada palabra tuya mi
corazón agonizaba y se enamoraba, porque no te podía sacar de mi cabeza las 25
horas del día. Pero mi desgracia llegó cuando nuestro romance lo descubrieron
nuestros jefes y te iban a botar por estar enamorada de mí. En el
interrogatorio que te hicieron, de que si conocías a Jorge Nitales, tú me
negaste tres veces tal Pedro negó a Jesús de Nazareth en el pretorio.
María,
yo te perdono todo eso, porque siempre entre Marzo y Abril es Semana Santa y tu
eres una Santa. Pero lo que me quita el sueño María, me aplicaste un CVP, -un Corte Violento de Patas-. Para no
perder tu trabajo y más nunca me saludaste y me ignoraste.
Lo peor de todo fue que te empataste con tu
jefe al que le dicen Pata e’Cumbia o Bamboleo, no porque baile bien los ritmos
de moda sino porque es cojo de la pierna derecha, por lo que yo cojo por otro
camino para terminar con mi calvario y de verte en los brazos del “Cojo
Bamboleo”. Bamboleándote y riéndote de mi, porque preferiste a Barrabás que
Jorge Nitales. Además María,
¡Quédate con tu “piazo’e” nombre de Galleta Puig!.
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