Cuenta la leyenda urbana occidental, que la
humanidad tiene una honda deuda sobre la cultura China, por sus aportes a los
inventos e innovaciones de la sociedad humana. Sobre todo los Regímenes de
horror y terror, que necesitan entretener a sus prisioneros en las cárceles con
torturas y más allá de los barrotes.
Como en el caso de los Sobrevivientes y
Estuporianos de la Peste Socialista UhAh que viven torturados en las prisiones
mentales con Bonos, Carnet y Caja Claptómana de la Miseria Extrema Socialista
UhAh; inducida por los Genocidas del Régimen Narco Terrorista UhAh.
Transcurría la Dinastía Pú, cuando el
Emperador Chiang Pú, le ordena al súbdito Chiang Cleta el encargo de la
invención de algunos métodos de torturas, para hacer cantar a los presos que tenían en las mazmorras del palacio. El
resultado fue genial, que se formaron los primeros barítono y tenores que tanto
enriquecieron la vida musical de las prisiones Chinas.
Chiang Cleta, propuso y perfeccionó cientos
de torturas que la historia las reconoce como, las “Torturas Chinas” entre ellas está:
-
El empujón
y el golpe en la boca del estómago.
-
Los palitos
chinos para agarrar el arroz y los bocados en las comidas.
-
La acupuntura;
que originalmente no era una práctica médica, sino un cargo que le daban a los
aprendices de sastre, y que consistía en poner el cuerpo para que los
costureros le clavaran las agujas y alfileres de manera que no se extraviaran.
-
El papel;
que inició la burocracia o ruletero retardado, en el papeleo a escala mundial.
-
La pólvora;
inicialmente como era de poca potencia se usaba metiéndosela en las orejas al
enemigo.
-
Las costillita
de cochino en salsa agridulce; que al principio no eran de cochino sino de
prisioneros a los que les sacaban las costillitas vivos.
-
Los triquitraquis;
que eran se uso diario en China, hasta que Mao Tse Tung limitó su uso para los
días de Navidad y Año Nuevo.
Chiang Cleta no se conformó con estas
torturas, como siendo Ministro de Obras Publica en combinación con un
constructor italiano Marco Polo Letrina, que le ofreció una jugosa comisión.
Obligando a dos enemigos políticos a construir ellos solos una muralla
alrededor de toda China y que para protegerla de los invasores.
Los dos prisioneros la hicieron, pero una vez
terminada, cuando Chiang Cleta, en combinación con una fábrica de pinturas que
también le ofreció una comisión se las mando a “pintar”. Uno de los prisioneros
enfurecido lo estranguló en plena vía pública ante el asombro de la Guardia
Imperial tuvo que cortarle las manos para poderlo desprender de su víctima. En
la confusión cortaron la cabeza de la víctima.
En
conmemoración de su muerte se le ofreció un tributo a sus inventos. El invento
de exterminar una gran parte de la humanidad, con el “Virus Dragón Chino”.
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