Lo cierto, es que en dicha convención
personajes a la gastronomía, presentaron una propuesta para una enmienda
constitucional. En un considerando de lo presentado, fue considerado ¨desierto¨
la moción.
La imprevista Peste China tomó por sorpresa
al judicatura Forense, Cuando ese bojote fallecidos por la presunta pestilencia
lo incineran al punto de ceniza, luego es envasado. Luego la familia y afines
del pulverizado es llevado regularmente
a su casa.
Aún no hay lugar preciso para ese objeto.
Varía en cada cultura y sus caprichos. Muchos por instinto se limitan en
colocarlos en una repisa, vitrina, luego viene los que hacen limpieza. Lo van
mudando de lugar hasta llegar al
gabinete de la cocina.
Nunca falta ese engendro familiar que dicen
cocinar platos de comida poquita –GOURMET-. Luego que lo dejan solo en la
desconocida cocina, jurunguea los gabinetes hasta llegar a ese jarroncito,
pensando que es un condimento costoso del mediterráneo, de manera que polvorea
sus platos con ese enigmático condimento.
Los comensales se “jartan” aquello hasta chuparse los dedos. Salta la gran pregunta y
señalamiento ¿eso como se llama?, el comerse a su semejantes. Estamos en un nuevo canibalismo.
Ante esta incertidumbre se recomienda
etiquetar las cenizas de la “SUEGRAS” como tóxico - venenoso - degenerativo y
virulento.
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