Cuenta la leyenda urbana, que seres aspecto
ovoide, tripúos y lombricientos, que ocupan áreas fuera de borda. Es decir, si una Gorda aborda un bus de transporte público, automáticamente ocupa puestos fuera del borde. Abarcara hasta tres
(3) puestos y solo pagará 1(uno).
Era un día
después del día anterior, amaneció temprano y la Gorda había padaso un fin de
semana en el pueblito “El MOJÄN”. Ya es tradición para ella y para sentirse
útil; servía de boya en el Lago Enigmático Coquivacoa. Esa cosa que flotan,
algo redonda balancean doce por los marullos, que sirve de señalización al
transporte marítimo.
Cuando ella se
dispone a ir a la ciudad, espera el bus corriendo con la suerte que siempre le
paran. Creyendo que es, un tumulto de personas. Ya montada en el bus, cuando se
sienta queda al lado de todo los pasajeros. En el momento de cobrar el pasaje,
el colector se percata que la gorda pretende pagar un pasaje, cuando en verdad
ocupa cuatro puesto. Es ahí que el colector empieza con su ruego.
- ¡Miarma!
Gorda, estáis pagando un solo pasaje y estoy perdiendo tres. ¡Bajáte Gorda
bajáte!
- ¡Bajáte
Gorda, bajáte!
- ¡Gorda
bajáte!
- ¡Bajáte
Gorda, bajáte!
- Una hora después de tanto ruego, ella cedió en
bajarse. Pues, había llegado a su destino.
Nota: La Gorda la conocen como:”Complejo B”, pues sí, al
verla muchos incluyéndome a mi, en decir:
- ¡Miarma!
B como se le mueve la grasa.
- ¡Miarma!
B la Gorda, ella camina o rebota.
- ¡Miarma!
B la Gorda, bando la escalera, parece una réplica de terremoto.
- ¡Miarma!
B esa placenta caminando, por el medio del pasillo, si se mueve a un lado
desnivela el pasillo.
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