En un enunciado de la Convención de Viena, en
el párrafo Ñ, en la página de deporte; hacen la salvedad que lo más importante
de una parrillada es la leña.
Cuando ese humito es respirado, el conglomerado se une al disfrute. Por eso
hacen leña del árbol caído; es una máxima que embarga en euforia ese momento.
Sobre todo cuando a ese leño lo aderezan del
árbol caído de hojita feliz. -El que fue-, le metió esa hojita al carbón. No
fue con la intención de comer sino, a pasarla de humito en humito. Nadie se
acuerda si comieron, pero si que olieron el humito feliz.
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