Eso se ser héroe es de mucha responsabilidad,
sobre todo cuando se ve obligado asumir y acudir para combatir el crimen. Quise
añadirle a mi historial de humano ese ingrediente valeroso de combatir el crimen y que al final de la
historia, se reflejará en la lápida; la inscripción solemne a todo héroe “He aquí, uno que usó los interiores por fuera”.
Pues sí, un requisito de todo héroe es “usar su prenda interior por fuera”, para demostrar públicamente, la
cantidad de miedo segregado por donde se tiene que segregar en forma viscosa
(mojaito) de apariencia de barro flojo. Mientras no aparezca el miedo
solidificado intestinal, se puede avanzar más allá de los límites de la
expresión marcada en las reservas en el interior. Y el que menos puja, bota una
lombriz.
En fin el “uso de la ropa interior por fuera” es un emblema que lo está arriesgando
todo. En honor a la verdad no había entendido ese código de valentía, hasta que
me llegó el momento. Sentí el llamado de combatir el crimen; corrí desesperado
y como todo héroe, debía quitarme la ropa mientras corría, fue ahí, cuando
“jalé” la camiseta con toda mi fuerza, lo que ignoraba que estaba prensada con
el interior.
Mientras más jalaba el dolor se
intensificaba, acompañada de una lágrima que se asomó para indicar que estaba
magullando, machucaba mis cositas; donde reside mi valerosidad. Y con grito
desgarrador, jalé y se desprendió el ventiúnico interior bueno que tenía. Eso
me hizo entender, el porque hay que “usar
el interior por fuera” y con cierre mágico.
Aún se comenta en el vecindario, de haber
oído un desgarrador grito, que motivó que muchos se protegieran por instinto
sus cositas con sus manos, además el malvado huyó despavorido, ante tal sonido,
que le hizo imaginar que una turba se le venía encima.
Eso de ser héroe para combatir el crimen, me
ha puesto a pensar. Uso el interior para fustigar a los malvados indeseables,
para doblegarlos. Se ha corrido mi fama con el apodo de: “Fuchy” el interior
vengador. Ser héroe no es fácil, hay “usar
el interior por fuera” y macho que se respeta no exhibe públicamente su
intimidad así como así, donde reside su fortaleza.