Cuenta la leyenda urbana, que en las inmediaciones de Maracaibo de
clima caluroso que salcocha lo que tiene que salcochar, ha surgido un movimiento femenino de
traslación y rotación, pues si, parecen un mundo comunista que giran alrededor
del plato de comida, porque cumen y cumen como un cumunista. Luego que hacer
con lo sobrante en forma de grasa amorfa voluble. Surgió una respuesta
primitiva de origen ancestral culinario ya que depende de lo que salga del
trasero. Estas féminas concibieron que
el Guapito plato rechochito de forma apretada y abultada que ha perdurado por centenas de años, que goza de buen
gusto fuese su apariencia ideal. No
aceptaron la idea de los tamales
que tienen el mismo principio de preparación ya que la gente diría se te ve mal
por aquí es tamal por allá, es tamal por cuyá: esto afloraría lo que querían
esconder. Y renunciaron a las Mantas y vestimenta Hindú, que le da rienda
suelta al baile gelatinoso de la grasa. Se aclara que no es ropa pequeña en
cuerpo grande, sino, que es el diseño Guapito.
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