En 1373 a la afamada pianista soprano Úngara Linda Huguins, aprovecho el momento de una ovación previa de iniciar; cuando se dobló para sentarse se le escapó un indómito y soberano “gas intestinal”, almacenado y macerado con chicharrón con pelos; justo antes de comenzar su XXII concierto en Londres.
Según un cronista de la época este “gas” fue de tal magnitud de potencia que
reventó el banco, desfloretó el vestido de la pianista, las teclas del piano
volaron por todo el recinto y como si fuera poco se cayó la lámpara gigante de
araña; matando a más de ochenta espectadores el resto murió asfixiado.
Desde entonces sus conciertos se llamaron “Concierto olor de Linda” y lo asistían
en primera fila un escuadrón de bomberos del distrito. La Sociedad Protectora
de Animales mantuvo en cautiverio cientos de “Zamuros” intoxicados, que
percibieron el olor nauseabundo de ese incidente.
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