Cuenta la leyenda urbana, que en tiempos de vientos de guerra; llega el punto crítico que no se le s ocurre de rendirse y llegan al último suspiro –técnica del último Moikano-. Surge pues, la angustiosa pregunta, -¿Qué arma usar, cuándo se agoten la existente?.
Fue en la “Convención e Inter-barrial Suegras en Represión”; un asistente muy animado se quedó dormido, entro en pesadilla hablando incoherencia. Un miembro en anónimo de la “Confraternidad del Frente de Liberación sin Frontera”. Consideró la situación y llamó a un amigo y este al amigo del amigo que descifró el código encriptado. Resultó ser varias agrias vulgaridades, del dormido desarmado en su defensa ante una Suegra.
Lanzar vulgaridades a su oponente data de los orígenes de la humanidad, por “Suegras” a su víctima consanguínea. Este hecho llegó al conocimiento de la Convención de Viena y del Tratado de Roma, permitiendo reseñarlo como Alternativa Bélica permitida en tiempo de guerra cuando se encuentren en ausencia sin armas.