Ante el encierro mundial por el azote de la
Pestilencia China; muchos recorrieron al mundo de ver series, aprendiéndose el
lenguaje adjunto:
-
Estoy viendo una serie buenísima,
en el último capítulo es que se entiende la trama de lo difícil que es.
-
Tiene sopotocientos
capítulos y un borboyón de venti-única temporada.
Lo enigmático del caso que se recomiendan
entre sí “Tal Serie”. El incauto no ahondo en la trama, con el argumento: “-no
te la comento, para que no pierdas el interés”, y dicho, y hecho la ven y con
asco le reprochan:
- Esa serie es mala
y, no es más mala, porque no es más larga”.
- ¿Por qué me hiciste
esa maldad?
- para no ser el venti-único,
en haber visto esa cosa horrible.
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