Dicho de otro modo mi “Agüella” por prevención practica “Parapente”, para remontarse y planear los aires a cielo abierto
alejándose de la tierra en un momento sísmico, temblor, terremoto y afines a un
movimiento natural de tierra.
En el momento de su desaparición yo estuve
ahí y por desgracia lo presencie hasta donde mis parpados resistieron ver lo
horrible fue horrible. Eso me hace sospechoso entre la familia que investiga la
causa con el móvil de atentado, secuestro o abuelacidio. (estoy bajo sospecha).
Recuerdo que yo participé en su despegue.
Amarré de su silla de rueda una cuerda que “jale” corriendo para que ella
ganara velocidad y con ayuda de los alerones direccionó el aire y así mi” Agüella”
se elevo como cometa en su “Parapente”.
Gracias a los lentes pude ver como una ráfaga
de viento produjo turbulencia que la silla
de rueda se desprendió. La silla de rueda era su tren de aterrizaje. Después de ese incidente creemos cualquier
cosa.
Quise ver más detalle, pero me fue imposible,
“Agüella” no se quita su batica de
bolita de toalla sanitaria “Stayfree”.
Y al patalear en el aire se le vio un animal pelúo; eso fue horrible, Fue ahí
que entre en pánico, y cerré los ojos y perdí la bitácora de vuelo.
La fraternidad
de salvamento de parapente se sumó en su búsqueda: árboles, tendidos
eléctricos, techos y afines. Curiosos dicen haber visto al Ave Fenix, para mi
es mi “Agüella”. Reportes aeronáuticos dicen tener avistamiento de alguien
arreguindado de una pequeña nube pidiendo auxilio. Yo espero que sea ella y que
aproveche una tormenta, para caer de cabeza; ya que ella tenía su casco de
protección.
Lo que más me duele, es que tuve que pagar, -nadie
quiso colaborar por castigo-, por el epitafio “Aquí debería yacer mi “Agüella” que se perdió en su Parapente”. Por
eso y por muchas cosas más “Agüella”, regresa para esta navidad.
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