Nacimiento de una Nueva Nación

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Los Libertario por una Nueva Nación

viernes, 12 de julio de 2019

Mi Aguella y Yo Protestamos


 En el fragor de restituir la Constitución de la Nación, que ha sido violada, por el Régimen Genocida Narco Terrorista UhAh. Mi Aguella y yo coincidimos en hacer de esa aventura, nuestra divisa. Recuerdo que amaneció temprano, siendo uno de esos días convulsionados y decisivos para defender la Nación.
  Mi Aguella y yo acordamos hacer patria; recordando el viejo adagio –“hacer deporte, es hacer patria”. Cada uno agarró cinco (5) piedras y deportivamente chocamos nuestras piedras como saludo de “echemosle”. Una vez más nos machucamos ambas manos (eso dolió).
  Por recomendación de tía Betulia, antes de salir, que mascaramos ají picante. Lo hicimos y nos llenamos de valor, además apretamos el chiquito negrito y arrugaito, como si el ají incidiera ahí.
  Eso de fajarse en lanzar piedras, para demostrar repudio a la tiranía y rascarse el chiquito, es algo incómodo coordinar dichas acciones.
  Lo cierto, que mi Aguella y yo dividimos el escenario de la batalla a librar y ganar. Ella por allá y yo por cuyá. Supuestamente íbamos a estar distanciado de extremo a extremo y en medio estaban los Mercenarios y Esbirros del Régimen UhAh.
  De regreso de nuestra batalla, mi Aguella y yo compartimos efusivamente un largo silencio, luego rompimos el hielo al señalarnos los moretones dejados por objetos de guerras:
- ¡Miarma Aguella¡, ese chichote en la cabeza.
- ¡Mijo! No me recordéis eso. Me lanzaron una Bomba Lacrimógena, yo hice como todos los animalitos y la devolví con toda mi fuerza hasta darle a un flakito del otro extremo, que lo hice doblar. Luego no supe de mí, por un momento. Recobre la conciencia y era la misma lata, que me la habían estrellado en la cabeza.
- ¡Ay Aguella! Son momentos de confusión, a mi dieron en la pierna con una Bomba Lacrimógena también que me hizo doblar las piernas. Yo ni corto ni perezoso, se la avente a una vieja al otro extremo que defendía el Régimen UhAh, entre el humo de cauchos.
- Aguella y Yo, ¡pa’ lo que salga!.
 Luego de ese cruce de palabras lo seguimos con miradas de rabito de ojo de señalamiento “(ella – este)  como que fue la(el) que me dio con esa bomba”. ¡Bueno!, sino fue, se parecía igualito(a).








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