Tres métodos impelable para tranquilizar niños(as)
tremendo sin pegarle
Hay muchas escuelas psicológicas dirigidas por
huérfanos profesionales, que sostienen que a un niño no se le debe pegar nunca
por sus travesuras, (no incluye a Chuky).
En el niño, éstas son su medio natural de expresión
y una correa, chancleta o un palo sólo lograrían traumatizar, ese cemento
fresco infantil de su memoria. Haciendo que se meta a político o defensor de
Suegras, cuando sea grande.
Para tranquilizarlo, limítese a seguirle la
corriente y juegue con él algunas de los siguientes juegos terapéuticos de la escuela Sicopedagógica sin Chancleta,
ubicada calle abajo, en el ranchito de mi Agüela.
Escondido: Ud. le dice que se esconda en
el baúl y que permanezca allí hasta que lo descubran. Luego cierre la puerta
con llave y no se le olvide sacarlo en la noche y llevárselo dormido a su
chinchorrito.
De Prócer: Dele un palo de escoba
diciéndole que esa es su espada, póngalo sobre un pedestal o un taburete alto y
dígale que él jugará haciendo de estatua de un libertador, y si se mueve
pierde. Manténgalo así por varias horas, y verá como al rato se fastidia y se
va a ver televisión.
De Indios y Vaqueros: Póngale
una pluma en la cabeza para que él sea el indio. Lo atrapa, lo amarra bien y lo
deja a un lado diciéndole que está preso
hasta que venga la directiva de Toro Sentado o Jerónimo a rescatarlo. También
en este caso acuérdese de desamarrarlo en la noche y llevárselo dormido al
cuarto.