Ahora que estamos reunidos aquí; promulgaré
una invitación: al negro, al blanco, al guayoyo, al casique, pampero y al
chirrinche. A un baile de beneficencia al son que yo toque.
Hago
un llamado para que me asesinen, perdón para que me asesoren, ya que ustedes
los aquí presente no mascan para descalificar a uno. Poniéndole cualquier
remoquete, descalificación y sobre nombre. Además, seré sincero, yo tengo una
culebra con el compinche “Cara’e cacao”… no es por eso, se lo explicaré en otra
ocasión. El compinche me acusó con mi suegra. Y eso me dolió, y eso es
traicionar la hermandad.
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