El auge de la Escasez aberrante Uh Ah, surgen
fortuitas estrategias urbanas estrafalarias. Y de esas merodeo, mi agitado
anaqueles del encéfalo. Y expresar Mi Manifiesto, como la inminentes escasez de gas doméstico en bombona para cocinar, permitió habilitar con
urgencia una olla eléctrica (arrocera, me costó un mundo). Luego aparecieron
los apagones.
Dijimos como el filósofo precolombino
comiendo mazorca –“No somos nada”. Lo que me incomoda en medio de estas
contrariedades existentes; es la sonrisita de la Suegra, de Payaso macabro.
Manifiesto 1
Nacemos sin Nada
Cuando estamos ante
un nacimiento de un bebé…Y, de pronto ¡zas! Te lo colocan…
- ¿Y cómo se coge
esto?
- ¡Cuidado con la
cabeza!
- ¿Qué pasa? ¿Se la
sale? ¡Nueve meses ahí dentro y sale desarmado!
Otra cosa, si alguna
ves confunden n niño en el hospital, es porque no hay una abuela cerca. Para mí
todos son iguales, pero para ellas no:
-
No se puede negar que los
ojos son del padre.
-
Claro, que la boca es de la
madre.
-
La naricita es del abuelo…
-
¡Que bueno! ¿Qué pasa? ¿Es
que este niño no tiene nada suyo?. Pues no. Así comenzamos la vida en este
mundo, sin nada.
Manifiesto 2
Las Navidades
Lo peor de la Navidad es que te regalen una
Gallina viva para el sancocho. La última que me regalaron se atrincheró debajo
de un rincón del fregadero y no había quien la matara. Y eso no era lo malo. Lo
malo es que le dio por no comer y se estaba quedando en los huesos.
Necesitaba a alguien sanguinario. Estuve
pensando en un emisario del Régimen Uh Ah. Pero lo descartamos porque,
conociendo su maldad, no quería que, encima, lo insultara antes de morir.
Otra solución era llamar a la OTAN y que lo
bombardeara. Pero claro, luego lo mirabas a la crara y te daba lástima. Esa
Gallina tenía la mirada de Gandhi. ¡Qué animal más noble!
En fin, la Gallina lleva siete años en casa y
tiene su propio gallinero.
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