Para tener una idea de ese ejercicio, es algo así, cuando la
Suegra se mete a Testigo de Atalaya y se pega en el portón de la casa los
sábados en la mañanita a tocar con escándalo y todo; obligando a cortar el
sueño y afines a levantarse. Y decirle que no está interesado en esa cosa y que
pertenece a la más peligrosa secta terrorista que estalla bomba y es capaz si
sigue molestando en…. Es ahí donde ve a la Suegra con una sonrisita, y uno le
responde “-no tengo efectivo”. Y ella amplia más la tóxica sonrisita careada, “-te
la dejo “fiao”).
Lo cierto, es que el Pueblo tiene rato
practicando el ejercicio de la clandestinidad, o en cautiverio como ejercicio militar sobre todo como
prisionero de guerra por el horror, terror y persecución del Narco Régimen Uh
Ah, ejecuta sobre el pueblo.
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