La cosa es que la
Agüela, experta en fenómenos naturales, presiente tal cosa hasta su epicentro se le refleja en
la rodilla, esto incluye lluvia, chubascos y además detecta Eclipse cuando se
le caen los párpados repentinamente y no por sueño.
Estos facultades
no han quedado ahí, el Vago de su Nieto,
presume ser heredero en experimentar eclipses parciales y totales. Esto llamó
la atención de la Agüela. Y observó por un tiempo al Nieto Vago.
Resultó que el
susodicho pasaba todo el día durmiendo, y llegada la noche se despertaba con la
creencia que era un Eclipse. Este no paraba de contar, hasta que un chancletazo de la Agüela le cambio el huso horario.
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