No es de extrañarnos verlos mentándosela a aquellos que lo ven en picado. Aunque sean gritones es por su distancia, ellos se comunican por eco. La situación que viven los bajitos es curiosa sabiendo que ocupan menos lugar físico, tratan desesperadamente hacer cosas grandes, como caminar en zancos o usar zapatos con full plataforma para justificar ese espacio baldío. Se han visto estos bajitos pigmeos no declarado subir cerros y montañas para verse más alto, pero mientras mas alto sube los demás los ven más bajito.
Se ha demostrado que el ser bajito, además de antiestético es un problema meramente psicológico . En pruebas de laboratorio dirigidas por el Prof. Zócalo Small se ha demostrado que los ratones enanos utilizados en dichas pruebas, crecieron hasta tres centímetros, con solo decirles las 24 horas del día “ustedes son ratas, ustedes son ratas”, reforzando la conducta con pedacitos de queso que les administraba en la medida en que iban creciendo. Esto demostró, nos dice entusiasmado el Prof. Zócalo Small, que la solución a nuestro tamaño ( será de él , pensamos nosotros...) está en la mente: Tenemos que hacer un esfuerzo para sentirnos grandes. Todas las noches al acostarnos, tenemos que pensar:”No soy chiquito, no soy chiquito. No. Yo solo creo que soy chiquito”. Así al día siguiente, uno se dará cuenta de que ha crecido.
Recuerde -continúa eufórico Zócalo - “Ser chiquito no existe, es más cuando vea a una persona alta en la calle, mírela como si usted fuera más grande. ¡Eso también ayuda a crecer. Métase en cualquier problema, no se quede callado, busque pleito, como si usted fuera un gigante!. Recuerde que los grandes saben que los golpes bajos duelen más”.
Amigo chiquito: No más complejos, usted no es chiquito, lo que pasa es que las cosas que rodean las hicieron demasiado grandes.
Un último consejo. Si el método del Prof. Zócalo Small fallare, no se preocupe: Cómprese un bonsái y disfrácese de Tarzán.
